La Licenciada Ana Díaz, Supervisora de Enfermería del Hospital Italiano de Buenos Aires y directora editorial de Epidauro ofreció una charla a profesionales del Hospital Alemán para explicar los beneficios de la Terapia Intensiva de puertas abiertas en el paciente y su grupo familiar. Mediante relatos y la proyección de gráficos explicativos, Díaz expuso delante de unos cuarenta enfermeros y médicos las experiencias e innovaciones que fueron dándose en los últimos años de esta práctica que es tendencia en varios países del mundo.
Los asistentes fueron entusiastas, receptivos, e invitados a recorrer las instalaciones del Hospital Italiano cuando quisieran. A continuación, algunos pasajes de la exposición de la Lic. Díaz, que no estuvo exenta de curiosidad y preguntas. “La terapia intensiva abierta es una tendencia a nivel mundial y nosotros venimos trabajando desde tiempos en los que había muy pocos “papers” sobre el tema. Tenemos una experiencia de nueve años bastante intensos en esta metodología. Fácil no fue, pero la forma es hacerlo todos juntos; médicos, enfermeras y kinesiólogos, en bloque, aprendiendo y resolviendo situaciones. Hay que tener en cuenta que cada familia es una cultura diferente y eso hace que las circunstancias cambian continuamente”
“La necesidad surgió cuando empezamos con los primeros trasplantes. Nos intercambiábamos experiencias con pediatría, a pesar de las lógicas diferencias en volúmenes respiratorios y administración de fármacos. Entonces vimos algo distinto cuando reparamos en cuestiones tan importantes como el amor, la compañía y la seguridad. Cuando una madre tocaba a su hijo, éste se calmaba y entonces, si una mamá podía lograr eso ¿Por qué los hijos no harían lo mismo con sus padres?”
“Nos pareció importante abrir las puertas y propusimos hacer la experiencia donde algunos decían sí y otros, no. Empezaron las discusiones y arrancamos. Hubo quienes afirmaban que no había suficiente espacio físico y todo el equipo exponía sus dudas o argumentos, pero decidimos seguir adelante con la idea”
“Ya desde un comienzo aplicamos normas de convivencia, por lo que seguimos proveyendo libritos y folletos para trabajarlos con las familias. Esa información hace que desde el minuto cero en que su familiar queda internado sepan acerca de su alimentación y de cuidados tales como una traqueotomía. El familiar sabe así de qué se trata, qué hacer, y cuando el paciente se va a internación domiciliaria o a su casa todos se manejan mejor”
“No es simple, pero con el tiempo se ven muchos logros. Justo se dio que las habitaciones cambiaron a otras más grandes y tuvimos en cuenta el factor recursos humanos. Teníamos entonces una relación de enfermero paciente de cuatro-uno en terapia intensiva. Si la complejidad se iba sumando cambiamos por el TISS28 a la relación dos-uno y llegamos al uno-uno en casos como trasplantes”

Díaz aseguró que nunca dejar de aparecer soluciones en la medida en que se las busque. A la alta complejidad en aparatología, el espacio suficiente e iluminado y personal entrenado se fueron sumando otros recursos “Tenemos un rotador. ¿Qué es eso? Se trata de una persona que ayuda a movilizar al paciente, lo que trae aparejado múltiples beneficios; no hay enfermeros con lesiones lumbares o tendinitis, para dar dos ejemplos. A los internos hay que moverlos y pesarlos, y se trabaja junto con una enfermera y un kinesiólogo dentro de un plan establecido de trabajo. Los rotadores son personas de gran porte, por lo general, profesores de educación física. Desde que los rotadores participan disminuyeron enormemente las lesiones por decúbito de los pacientes. Queremos que cuando sean dados de alta se vayan íntegros”
La lista de bondades que implica la presencia de familiares alcanza a todos, incluyendo a los profesionales de la salud aunque no siempre las situaciones se presentan favorables. “La terapia intensiva está abierta las 24 horas. Se autoriza a un familiar por habitación y en algunos casos, a dos. Si el paciente está muy grave o en su final de su vida, pueden ingresar. Ese acompañamiento es muy importante para la familia porque no es lo mismo que estar ausente durante el desenlace”
“Hay familias presentes, otras ausentes. También las hay conflictivas, que son escasas. Cuando un enfermero nos manifiesta que una familia es muy querellante o desconfiada, lo que hacemos es sentarnos para plantearles cuales son las pautas y qué cosas tenemos como proyecto. Entonces, se calman porque saben que siempre habrá alguien que les dé explicaciones. Hay un Jefe médico, un coordinador, un Supervisor de Enfermería y asistentes de turno. Las puertas están abiertas para el que colabore y trabaje en pos de la mejoría de su familia. Hay veces en que es necesaria la intervención de psicólogos del equipo para apaciguar los ánimos”
“La terapia intensiva de puertas abiertas va cambiando en el mundo. Queremos caminar hacia la humanización. Cuando el paciente viene al hospital y se siente contenido desde la familia y desde el equipo médico, sale y se lo comunica a otros. Si en cambio cerramos las puertas, las fantasías de quien está afuera pasan por si su familiar internado tiene calor o frío, o si lo atienden bien. Tales suposiciones son siempre movidas por la incertidumbre”
“Es muy importante que trabajemos todos juntos, lo que no es fácil. Hay médicos y enfermeros que acuerdan y otros que no. Es toda una tarea integrarnos y saber respetar las diferencias y opiniones donde lo más importante es el acuerdo. En nuestros ateneos participamos todos, enfermeros y médicos, y cambiamos opiniones allí adentro aunque para afuera somos uno solo.”
“Los motivos por los que un paciente entra a la terapia intensiva son diferentes a las de otro y así también sus cuestiones sociales. Una vez allí, ya no es la misma vida para él ni para su entorno. Es un gran desafío, vale la pena intentarlo. No es lo mismo para una persona despertarse en una cama rodeada de luces y aparatos que abrir los ojos y ver a un familiar a su lado”