La historia escrita por María Eliza Mahoney merece destacarse por su lucha contra la discriminación y a favor de la excelencia de la profesión. Esta afroamericana nacida en 1845 en la ciudad estadounidense de Boston tuvo en claro, desde pequeña, que quería hacer de su vida.
Cumplidos sus 18 años de edad, ingresó a trabajar en el Hospital de Nueva Inglaterra para la Mujer y el Niño, donde durante los siguientes 15 años realizó distintas tareas, desde cocinar y lavar la ropa de los enfermos hasta oficiar como asistente de enfermería.
En ese mismo hospital fundado en 1862 para la formación médica de mujeres, Mary, de 33 años, comenzó sus estudios de enfermería para lograr ser una profesional y fue la única mujer negra de las cuatro que se graduaron un año más tarde.
Diploma en mano, comenzó a trabajar y desplegó su vocación y capacidad por tres décadas, llegando a ser apreciada por la comprensión y amor por las personas que cuidaba. Su reputación llegó tan alto que fue solicitada por muchos nosocomios a lo largo y ancho de su extenso país.
Ella fue una de las fundadoras de la Asociación Americana de Nurses (ANA) pero al no admitirse allí a las mujeres negras, apoyó la creación en 1808, de la Asociación Nacional de Enfermeras Graduadas de Color (NACGN).
Hasta nuestros días, se recuerda un discurso suyo de bienvenida a la Primera Convención de la asociación, donde denunció las desigualdades en la educación y su lucha para que las mujeres negras sean admitidas como estudiantes.
A Mahoney se la recuerda y respeta como la primera enfermera afroamericana profesional, activista de los derechos civiles de la mujer y profesional que impulsó el profesionalismo entre sus colegas con una visión profundamente humanista.
En 1911 se retiró, instalándose en la ciudad de Long Island, donde dirigió el Howard Orfanato para niños negros. Nueve años más tarde, fue una de las primeras mujeres negras en registrarse para votar.
Murió a los 80 años, en 1926, sin saber que muy pocos años más tarde,el número de enfermeras de descendencia africana se multiplicaría.
Hoy existe un premio llamado María Mahoney, que reconoce la contribución a la igualdad de oportunidades. A principios de la década de los ´90, su obra y figura fueron incluidas en el Salón de la Fama Nacional de la Mujer.
lo que con lleva ser profesional y llevar adelante con vocacion ademas de cumplir con su funcion encomendada ser tan profesional ese es el resultado
Muy importante lo que pudo lograr con tanto esfuerzo , todo un ejemplo a seguir! Admirable❤
Muchas gracias a ambas por los comentarios en la nota
Admirable su lucha por el reconocimiento y la igualdad en su vocación y amor al prójimo.