Cuando se piensa en adicciones, se tiende a la imagen del adicto en sus estadios finales, aquel que consume casi o todos los días, que gasta todo su dinero en el casino o que termina viviendo en la calle porque lo pierde todo. Sin embargo, llegar a esas instancias implica un largo y tortuoso proceso que es doloroso en sí mismo, aunque el sufrimiento que conlleva rara vez se ve.
Adicción es no hablar, de manera que una persona adicta es alguien que no habla, no puede expresar lo que le pasa, calla y tapa sus emociones con droga, alcohol, juego, trabajo…
Desde la clínica cuando se trabaja con adictos es necesario hacer lo que yo llamo una rehabilitación afectiva, en terapia los pacientes pueden contar situaciones de las más dolorosas sin conectarse afectivamente, como si contaran una película en la que no están implicados. Esto es porque durante muchos años se anestesiaron con drogas, alcohol u otras sustancias.
Llo que intentamos es que el paciente se conecte y comience a sentir, lo cual da mucho temor, y es por eso que desarrollan mecanismos muy fuertes de evasión y negación. Por este motivo el trabajo terapéutico debe ser muy duro, las intervenciones del terapeuta deben ser muy directas y fuertes para romper estos mecanismos y que el paciente se conecte con lo que siente y sintió, ya que habitualmente se viven muchas situaciones traumáticas que también es preciso trabajar. Siempre es dificultoso determinar si primero estuvo el trauma y luego la adicción o a partir de la adicción se vivieron situaciones traumáticas.
Hace muchos años, se trabajaban trauma y adicción por separado, pero en la actualidad vemos que es necesario trabajarlo en simultáneo; los terapeutas debemos tener la cintura necesaria para ser duros y directivos y, al mismo tiempo contener, al paciente en este proceso.
Es necesario el trabajo en equipo y es fundamental interactuar con la familia, que también presenta estos mecanismos de negación y evasión. Es por eso que un buen tratamiento debe incluir terapia individual, terapia familiar y grupos multifamiliares.
En estos pacientes hubo un problema en la puesta de límites, quizás fueron muy débiles o muy autoritarios, es por esto que las familias o las parejas tienen que aprender a poner límites y ellos a respetar normas; no sólo porque los organizan sino también para aprender a frustrarse, en consumo es todo «ya»; si están aburridos consumen y «ya» se divierten, están tristes, consumen y «ya » están alegres, etc.
Es necesario que aprendan a afrontar la vida y los dolores que ella conlleva sin consumir sustancias, por eso muchas veces decimos que se quedan en la edad en que comienzan a consumir; hay pacientes que, por ejemplo, comenzaron a consumir a los 16 años y llegan a los 25 y no saben afrontar una entrevista laboral; o no se animan conocer una persona sin consumir. Es todo nuevo para ellos, como también lo es manejarse sin mentiras, porque para consumir el paciente miente mucho. Es así que durante el tratamiento aprenden a confiar, a no guardar lo que sienten; ellos incorporan que si guardan lo que hacen o sienten, eso implica el peligro de repetir actitudes que muchas veces terminan en una recaída en consumo.
Lic. Moira Sandler
Matrícula 30389
La adicción es terrible, estar con una persona adicta no es fácil, pero la herramienta fundamental aparte del conocimiento de la situación es el amor y la paciencia del entorno que lo rodea, la familia es un pilar fundamental,al igual que las amistades. Por eso es importante conocer la situación y como ayudar. En esto la terapia es la opción,terapia familiar.
es importante el apoyo posivo de la familia y amigos lo mejor que se le puede brindar apoyo profesional y familiar
Gracias Beatriz y Rosana por dejarnos sus comentarios. Siempre ayudan