El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave causada por un virus de la familia de los paramixovirus que normalmente se suele transmitir a través del contacto directo y del aire. El virus infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo, tratándose de una enfermedad humana que no afecta a los animales.
Antes de que la vacuna se introdujera en 1963 y se generalizara su uso, cada dos o tres años se registraban importantes epidemias que llegaban a causar cerca de dos millones de muertes anuales.
Datos y cifras
-Aunque existe una vacuna segura y económica, en 2017 la enfermedad causó 110.000 defunciones en todo el mundo, en su mayoría, niños menores de cinco años.
-Entre 2000 y 2017, la vacunación disminuyó la cifra de muertes en un 80 por ciento en todo el planeta evitando 21,1 millones de defunciones, lo que la convierte en una de las mejores inversiones en salud pública.
-En 2017, alrededor del 85 por ciento de los infantes recibieron una dosis de vacuna antes de cumplir su primer cumpleaños a trevés del sistema común de salud con respecto al 72 por ciento en el año 2000.
Manifestaciones clínicas
El primer síntoma del sarampión suele ser la fiebre alta, la que comienza unos 10 a 12 días después de la exposición al virus y dura entre 4 y 7 días. En la fase inicial, el paciente puede presentar rinorrea, tos, ojos llorosos y rojos, y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas. Al cabo de unos tres días aparece un exantema, generalmente en el rostro y la parte superior del cuello que se va extendiendo, acabando por afectar a las manos y pies. El exantema dura 5 a 6 días, y luego se desvanece. El intervalo entre la exposición al virus y la aparición del exantema oscila entre 7 y 18 días (media de 14 días).
La mayoría de las muertes se deben a complicaciones del sarampión, que son más frecuentes en menores de 5 años y adultos de más de 30 años. Las más graves son la ceguera, la encefalitis (infección acompañada de edema cerebral), la diarrea grave (que puede provocar deshidratación), las infecciones del oído y las infecciones respiratorias graves como la neumonía. Los casos graves son especialmente frecuentes en niños pequeños malnutridos, y sobre todo en los que no reciben aportes suficientes de vitamina A o cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado por el VIH/SIDA u otras enfermedades.
Poblaciones en riesgo
Los niños pequeños no vacunados son quienes corren mayor riesgo de sufrir el sarampión y sus complicaciones, entre ellas la muerte. Las mujeres embarazadas sin vacunar también constituyen un importante grupo de riesgo. Sin embargo, puede infectarse cualquier persona que no esté inmunizada (es decir, que no haya sido vacunada y no haya sufrido la enfermedad).
El sarampión sigue siendo frecuente en muchos países en desarrollo, sobre todo en algunas zonas de África y Asia. La abrumadora mayoría (más del 95 por ciento) de las muertes se registran en países con bajos ingresos per cápita e infraestructura sanitaria deficiente.
Los brotes de sarampión pueden ser especialmente mortales en países que estén sufriendo desastres naturales o conflictos, o recuperándose de ellos. Los daños a la infraestructura sanitaria y a los servicios de salud interrumpen la inmunización sistemática, y el hacinamiento en los campamentos de refugiados y desplazados internos aumenta mucho el riesgo de infección.
Transmisión
-El virus del sarampión es muy contagioso y se propaga por la tos y los estornudos, el contacto personal íntimo o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas.
-El virus presente en el aire o sobre superficies infectadas sigue siendo activo y contagioso durante periodos de hasta 2 horas, y puede ser transmitido por un individuo infectado desde 4 días antes hasta 4 días después de la aparición del exantema.
-En países donde el sarampión ha sido prácticamente eliminado, los casos importados de otros países siguen siendo una importante fuente de infección.
Tratamiento
No existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión.
Las complicaciones graves del sarampión pueden reducirse con un tratamiento de apoyo que garantice una buena nutrición, una ingesta suficiente de líquidos y el tratamiento de la deshidratación con las soluciones de rehidratación oral recomendadas por la OMS (para reponer los líquidos y otros elementos esenciales que se pierdan con la diarrea o los vómitos). Se deben prescribir antibióticos para tratar la neumonía y las infecciones de los oídos y los ojos.
Todos los niños diagnosticados con esta enfermedad deben recibir dos dosis de suplementos de vitamina A con un intervalo de 24 horas entre ambas. Este tratamiento es eficaz para restaurar los niveles de vitamina A, que durante la enfermedad suelen ser bajos incluso en los niños bien nutridos, y puede ayudar a prevenir las lesiones oculares y la ceguera. Además, se ha demostrado que los suplementos de vitamina A también reducen la mortalidad por sarampión.
Prevención
La vacunación sistemática de los niños contra el sarampión combinada con campañas de inmunización masiva en países con elevada incidencia y mortalidad son estrategias de salud pública fundamentales para reducir la mortalidad mundial. La vacuna que se viene utilizando desde hace más de 50 años es segura, eficaz y barata. Inmunizar a un niño contra el sarampión cuesta aproximadamente menos de U$S 1.
La vacuna suele juntarse con las vacunas contra la rubéola y/o la parotiditis. Su eficacia es similar tanto si se administra aisladamente como si se combina con estas vacunas. Añadir la vacuna contra la rubéola a la del sarampión no supone más que un pequeño incremento en el costo y permite compartir los gastos de vacunación y administración.
Para garantizar la inmunidad y prevenir posibles brotes se recomiendan dos dosis de la vacuna, puesto que aproximadamente un 15 por ciento de los niños no adquieren inmunidad con la primera dosis. En 2017, el 67 por ciento de los niños recibieron la segunda dosis de la vacuna contra el sarampión. De la cifra estimada de 20,8 millones de lactantes no vacunados sistemáticamente con al menos una dosis de la vacuna contra el sarampión en ese año, aproximadamente 8,1 millones se encontraban en 3 países: India, Nigeria y Pakistán. El empuje mundial para mejorar la cobertura vacunal dio lugar a una reducción de las muertes. Con el apoyo de la Iniciativa Sarampión y Rubéola y de Gavi, la Alianza para las Vacunas, la campaña evitó cifra enormes de muertes, la mayoría de ellas en la región de África y los países que reciben el apoyo de Gavi.
Respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
En 2010, la Asamblea Mundial de la Salud estableció tres hitos en el camino hacia la erradicación del sarampión que deberían lograrse en 2015:
-Aumentar la cobertura sistemática con la primera dosis de la vacuna con componente antisarampionoso en más de un 90 por ciento o más a nivel nacional y en más de un 80 por ciento o más a nivel distrital.
-Reducir y mantener la incidencia anual del sarampión en manos de 5 casos por millón.
-Reducir la mortalidad estimada del sarampión en más de un 95 por ciento con respecto a las estimaciones de 2000.
En 2012, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas con el objetivo de eliminar el sarampión en cuatro regiones de la OMS para 2015 y en cinco regiones de la OMS para 2020.
No obstante, si no se presta una atención continuada todos estos avances que tanto ha costado alcanzar pueden perderse fácilmente. Allí donde los niños no están vacunados se producen brotes. Sobre la base de las tendencias actuales en la cobertura vacunal y la incidencia del sarampión, el Grupo de Expertos de la OMS de Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización concluyó que la eliminación del sarampión se encuentra seriamente amenazada y que la enfermedad ha resurgido en diversos países que habían logrado eliminarla, o estaban cerca de conseguirlo.
La OMS continuará reforzando la red mundial de laboratorios para garantizar el diagnóstico rápido del sarampión y hacer un seguimiento de la propagación internacional de los virus que lo causan, a fin de coordinar mejor las actividades de vacunación y reducir la mortalidad por esta enfermedad que se puede prevenir mediante una vacuna.
En la Argentina se logró eliminar la circulación del virus del sarampión gracias a la vacunación, siendo el último caso endémico registrado en el año 2000. Desde la eliminación y hasta diciembre de 2018 se detectaron 43 casos confirmados. Los principales brotes posteriores a la eliminación ocurrieron en el año 2010 (17 casos) y en 2018 (14 casos agrupados en 3 brotes). En el corriente año se confirmaron 5 casos incluyendo el caso actual. De éstos, 4 fueron residentes argentinos y 1 turista.
En la Región de las Américas durante el año 2018, se notificaron más de 16.000 casos en 12 países y dos de ellos reportaron defunciones por esta causa (Brasil y Venezuela). En el corriente año continúan detectándose brotes en diversos países de la Región: los países con más casos son EEUU (940), Canadá (54), Brasil (92), Colombia (109) y Venezuela (203). Casos aislados se registraron en Argentina, Chile, Costa Rica, México, Perú, Uruguay. En el mundo, en 2018, se notificaron 229.068 casos.
En Europa se registró un gran aumento respecto a los años previos, reportándose desde enero 2018 a diciembre más de 12.000 casos y 35 defunciones. En los primeros meses del año 2019 se registraron 34.300 casos de sarampión reportados en 42 países de la región europea. De estos, más de 25.000 ocurrieron en Ucrania siendo el país con mayor cantidad de casos registrados.
Recomendaciones para el equipo de salud
-Verificar y completar esquema de vacunación de acuerdo a la edad.
-De 12 meses a 4 años: deben acreditar UNA DOSIS de vacuna triple viral (sarampión-rubéola-paperas).
-Mayores de 5 años: deben acreditar DOS DOSIS de vacuna con doble o triple viral después del primer año de vida.
-Las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse porque son consideradas inmunes. Intensificar la vigilancia epidemiológica de casos sospechosos de enfermedad febril exantemática (EFE) Caso sospechoso: paciente con fiebre (temperatura axilar mayor a 38ºC) y exantema, o cualquier caso en que el profesional de la salud sospeche sarampión o rubéola.
Calendario Nacional de Vacunación
Todas las vacunas del Calendario Nacional son obligatorias, gratuitas y se aplican en los vacunatorios, centros de salud y hospitales públicos del país. Si bien el mayor número de dosis y vacunas se administra durante la niñez, nuestro calendario incluye la administración de vacunas durante todas las etapas de la vida, además de contemplar situaciones epidemiológicas particulares.
¿Por qué es importante estar vacunados?
Porque es una de las principales medidas para prevenir un conjunto de enfermedades que pueden ser graves para nuestra salud. Es nuestra responsabilidad y obligación que nos apliquemos las vacunas que nos corresponden durante todas las etapas de la vida para evitar enfermarnos y contagiar a nuestra familia y otras personas.
Licenciada Luciana Casal / MN 72694
Bibliografía:
Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación
OMS-Alerta Sarampión
Foto: Pixabay