Partiendo de la premisa que un líder es toda persona capaz de motivar la voluntad de otros, y que es capaz de trabajar a través de la fuerza de aquéllos, el siglo XXI nos deja claro que el liderazgo requiere el uso de recursos altamente eficientes para asegurarse llegar a todos los integrantes del equipo.
Enfermería como colectivo profesional, y los enfermeros y enfermeras como profesionales de ese colectivo, desempeñamos funciones en múltiples espacios, cada vez más afianzados, cada vez más fortalecidos; y esto debido a la formación profesional, en sus diferentes niveles académicos. Espacios en los que el colectivo profesional ha sabido profundizar sus conocimientos y habilidades, y siguen en franca expansión.
Dentro del espectro del liderazgo hay espacios donde cada líder deberá tomar las herramientas que requiera en la medida que vaya avanzando, madurando tanto él como líder, como el equipo que lidera.
Ahora bien, la Inteligencia Emocional se convierte en una herramienta esencial en el desarrollo de una persona que lidera y que está preparada para afrontar los retos que el mundo actual exige.
Pensemos en esto, los líderes actuales tenemos el desafío de gestionar cuatro diferentes generaciones en un mismo equipo: Baby Boomers, generaciones X,Y y Z, cada uno de ellos con una programación diferente basadas en paradigmas opuestos. No es sencilla la tarea de gestionar equipos multigeneracionales. Además, a esto se le suma la rapidez con la que suceden la cosas en el mercado actual. Liderar es una labor exigente, que requiere de habilidades específicas.
En este orden de ideas el concepto de Inteligencia Emocional de Daniel Goleman es perfectamente adaptable al liderazgo actual y se recomienda su aplicación no sólo a nivel personal también a nivel profesional.
Estos son los pilares de la Inteligencia Emocional desde la perspectiva del liderazgo:
Autoconciencia (Conócete)
Ser autoconsciente es saber cómo te sientes y entender cómo tus emociones afectan a tu equipo de trabajo. Para fortalecer tu autoconciencia como líder es esencial hacer un inventario diario dedicando unos minutos a escribir tus pensamientos y sentimientos del día.
Siendo autoconsciente, al experimentar emociones fuertes, no importa cuál sea la situación, siempre puedes elegir cómo reaccionar ante ellas.
Autorregulación (Compréndete)
La autorregulación tiene que ver con mantenerse bajo control. Los líderes que se regulan eficazmente, rara vez atacan verbalmente a otros. Es importante tener claramente definido tu código ético y valores, para tomar la elección correcta en momentos difíciles. En caso de estrés, practica ejercicios de respiración profunda para calmarte. También es muy efectivo escribir todas las cosas negativas que quieres decir, y luego desechar el papel o borrar el documento. Jamás comunicarlo al equipo, aunque consideres que esa emoción está causada por el desempeño del equipo o de un integrante de este. Hacer ejercicio también es una práctica que ayuda a la autorregulación. El ejercicio es importante para tu desempeño como líder. Tener balance entre vida personal y profesional es también fundamental.
Motivación (Desafíate)
Todo líder debe tener una motivación, algo que lo lleve a querer alcanzar sus metas claramente establecidas de acuerdo con sus valores. Es habitual que el día a día te lleve a olvidar lo que realmente te gusta de tu carrera. Por lo tanto, tómate un tiempo para recordar por qué quieres este trabajo. Los líderes motivados suelen ser optimistas, sin importar los problemas a los que tengan que enfrentarse. Adoptar una mentalidad positiva requiere práctica, pero vale la pena el esfuerzo de desarrollarla.
Cada vez que te enfrentas a un desafío, o incluso a un fracaso, encuentra el aspecto positivo del hecho. Fíjate y valora las pequeñas cosas, la experiencia ganada o algo con efectos a largo plazo. Por eso es importante crear el hábito de buscar la lección aprendida de cada acción. Siempre hay algo positivo, solo debes aprender a verlo. Para fortalecer este aspecto se recomienda la lectura diaria de frases motivadoras.
Empatía (presta atención)
Esta es una competencia que tiende a ser olvidada en el mundo empresarial y es fundamental. Es la capacidad de entender las emociones y motivos que mueven a las personas. Existen 3 elementos clave para desarrollar la empatía:
- Esfuérzate por entender a tu interlocutor.
- Presta atención al lenguaje corporal de los miembros de tu equipo.
- No ignores los sentimientos de tus colaboradores y responde a ellos.
Habilidades sociales
Poseer esta habilidad es ser un gran comunicador. Estar abierto a escuchar lo bueno y lo malo, siendo expertos en conseguir que el equipo nos apoye y se entusiasme con una nueva misión o proyecto.
Los líderes con buenas habilidades sociales también son buenos en la gestión del cambio y la resolución diplomática de conflictos. Siempre consiguen que los miembros de su equipo hagan el trabajo sirviendo como ejemplo con su propia conducta.
Para lograr esta habilidad nunca olvides:
- Aprende sobre resolución de conflictos.
- Mejora tus habilidades de comunicación.
- Aprende a expresar agradecimiento a los demás.
La inteligencia emocional es tan fundamental para nuestras vidas a nivel personal como para desarrollar nuestro liderazgo.
Licenciado David Castillo, Fundador de LiderEs Enfermeros. Capacitador y Formador
Excelente recorrido por las premisas que van moldeando líderes. Muchas gracias querido David Castillo por abrir horizontes de comprensión.