Los cambios llevan tiempo, de eso no caben dudas. Pero el cambio que se propone desde la industria de los productos descartables para uso médico y de enfermería es uno de los más duros a encarar en el mundo de la salud.
Sabida es la preocupación profesional por las infecciones intrahospitalarias. Médicos y enfermeros trabajan duramente para evitarlas aunque desde hace un tiempo cuentan con un aliado muy importante: productos descartables y reciclables y entre ellos, las chatas.
En la Argentina ya se comercializan y por eso Epidauro consultó al dueño de la patente de fabricación. El creador de este invento llamado a revolucionar la enfermería tiene todavía un duro camino por recorrer para instalar el producto que comercializa en instituciones de salud del país.
Gustavo Pinus está al frente de la empresa que hoy vende chatas, bacinillas y urinales descartables, todos fabricados con pulpa de papel y con la ventaja adicional de ser ecológicos.
“Este producto es una solución y para fabricarlo, se utiliza como materia prima un producto totalmente ecológico como la fibra de papel o la fibra de cartón. Las chatas están hechas con fibra de cartón corrugado y una resina natural que se degrada en el medio ambiente en tres meses”, asegura Pinus. Y soportan hasta 280 kilos de peso, según estudios realizados en el INTI y cuyo video se difunde acá.
La materia prima es fácil de conseguir en el reciclaje de cartón y la resina utilizada la produce la industria química. “A esa resina hoy la importamos”, nos cuenta el productor aunque luego agrega que hoy, técnicamente, todo el producto es importado porque en la Argentina, si bien Pinus es el dueño de la patente, no existe la tecnología suficiente.
“Para que haya interesados en invertir en esta tecnología necesitamos que el mercado lo demande porque para instalar la fábrica acá y con la maquinaria necesaria, la inversión es cuantiosa en dólares. Si las instituciones de salud, los hospitales y clínicas comienzan a ver las virtudes de lo que nosotros elaboramos, la inversión sería totalmente recuperable”
La idea de Pinus es comercializar en la Argentina y los países limítrofes. “Es un producto muy nuevo. Hace apenas unos meses que lo estamos vendiendo y quienes lo han empezado a usar continúan comprándolo”
Las instituciones que ya lo utilizan han decidido enfrentar el gasto, convencidos de que esa inversión redundará en la reducción de las infecciones intrahospitalarias, las que son causadas por el mal uso o la mala higiene sobre los productos plásticos.
Las chatas descartables pueden tolerar hasta 8 horas sin que el líquido traspase el material. Cabe señalar que, según nos aseguran los responsables, la tierra reabsorbe este material en tres meses, lo que lo torna muy atractivo desde el punto de vista del medio ambiente.
¿Cómo eliminar este material una vez utilizado? Hay dos caminos: tirarlo a la basura como un pañal con la diferencia de que en este caso es totalmente reciclable, en una bolsa común de basura. Pero si el paciente estuvo infectado, el descarte se realiza en bolsa de color roja para diferenciarlas. La otra alternativa y tratándose de grandes volúmenes, es instalar un macerador, que es una máquina que permite el tratamiento del papel para descartarlo, como puede verse en el siguiente video.
Estos aparatos del tamaño de un lavarropas tampoco se producen en el país aunque hay varios países de la región que lo importan.
Pinus acota que al día de hoy, incluso se elaboran pallets con el material derivado del papel reciclado. Una rápida búsqueda por Internet nos lleva a una empresa uruguaya que reduce los costos de la exportación de su país con la elaboración y fabricación de dichos pallets de papel reciclado.
Epidauro consultó a Pinus acerca de si existen muchos países que estén utilizando esta tecnología y la respuesta fue negativa. Esto quiere decir que el camino a recorrer recién comienza, pero resulta muy atractivo. “En Europa –agrega– se está empezando a usar. En nuestro continente hay algunos países que instalaron estas máquinas instaladas. Podemos citar a Chile tiene, Perú, Ecuador y Colombia. De lo que carecen, eso sí, es de la la solución de la chata descartable”.
Los fabricantes de estas chatas descartables vienen de participar en una exposición de productos médicos en Orlando, Estados Unidos, donde el 60 o 70% de los expositores son empresas latinoamericanas. El producto cayó muy bien. “Hubo un interés muy grande y muchos nos dijeron que por fin veían algo totalmente nuevo en la feria”.
Ecológico. En sólo 3 meses la tierra reabsorbe el material con que son elaboradas las chatas.”El proceso de instalarlo en el mercado es lento, hay que tener paciencia. De todas maneras, creo que hemos desarrollado una buena idea y somos optimistas. Quienes las han probado están muy conformes” concluyó Pinus.
Este cambio recién empieza. El tiempo dirá si es una buena idea y se impone y ayuda a combatir las infecciones intrahospitalarias o si la cultura del plástico se mantiene incólume y las instituciones de salud se resisten económica y culturalmente a realizar este cambio.