(Cualquier parecido con el colectivo enfermero es pura verdad…)
En estos días, en los que el mundo ve crecer e identifica a la enfermería como un pilar de la salud, seguimos siendo dominados por las langostas, que quieren convencernos de lo bueno que somos. Pero, a la vez, seguimos siendo sumisos, esclavos y pobres del sistema, mientras unos pocos comen y disfrutan de nuestro trabajo incansable… que se esta cansando. Como se está agotando nuestra capacidad para resolver los problemas, y cuando no los resolvemos somos los culpables y nos condenan con creces
¿Cuántas veces vemos al doctor (colega de tareas) como un ser iluminado y lo idolatramos y veneramos, y al mismo tiempo perdemos la perspectiva de que es humano y que estudió y se preparó para acertar o equivocarse en un diagnóstico?
En cambio, vemos a un enfermero y lo cuestionamos, buscamos errores con lupa para publicar en alguna red social y exponer a todas luces lo inoperante y mal compañero que es. Un enfermero es un profesional al igual que el médico. Estudia muchos años y luego sigue actualizándose, como también lo hacen los médicos.
Uno es minoría y da diagnóstico; el otro es mayoría y brinda cuidados. Pero uno no es menos importante que el otro. Pero han llegado los años en que esa sumisión se está terminando y se empieza a evidenciar que podemos compartir y cuidar; a la vez, tenemos instituciones propias que nos regulan, nos capacitan y jerarquizan la profesión.
Los puestos de dirección y de gerencia en salud pueden ser desempeñados por profesionales enfermeros preparados para esas funciones. La enfermería está preparada para estar al frente de la dirigencia de políticas de salud y ocupar puestos políticos de importancia.
Todo esto me trae a la mente el cuento de las hormigas y las langostas
Las hormigas les temían y obedecían a las langostas por mandatos históricos. También vi a las langostas combatir y desprestigiar a los que pensaban diferente, destruyendo toda ilusión de ser independientes y gobernar el hormiguero.
El cuento termina con un despertar a la libertad e independencia, donde las hormigas después de luchar entre ellas y con el entorno sometedor, que históricamente se manejó así, cambió de pensamiento, cambió de paradigma, con acción y participación conjunta las hormigas pudieron ser libres, independientes y mejorar el hormiguero para bien de todas las hormigas.
Que parecidos somos a las hormigas, aunque algunos todavía no entendemos que las hormigas no se comen entre ellas.
Licenciado José Alberto Lozano / MN 74344-MP 386 / Especialista en Cuidados Críticos Intensivos / Jefe Departamento de Enfermería Sanatorio Fueguino (Río Grande, Tierra Del Fuego)
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Cuanta verdad!!! Excelente reflexión!! Cada dia se exige más de Enfermería, pero siguen subestimando nuestra profesión!!
Muy buenas palabras compañero!