La piel cambia. Un día aparece una marca roja circular en alguna parte del cuerpo, puede ser en los codos, en la parte de atrás de las rodillas o en el empeine. En poco tiempo, esa misma mancha crece y aparecen escamas blancas y, con ellas, la comezón. Muchos pueden ser los desencadenantes de un comienzo de psoriasis pero después de la primera herida, los cuidados serán permanentes. A partir de allí, se multiplica el acopio de champúes, de pomadas especiales que deben aplicarse todos los días y la búsqueda de cremas hidratantes sin perfume pasa a ser constante. A estos problemas se enfrenta una persona con psoriasis leve, pero si la enfermedad tiene una gravedad mayor los tratamientos son más agresivos y las contraindicaciones aumentan. En todos los casos incide la mirada de los otros; la vergüenza de mostrar las marcas en verano y siempre, con el miedo de que los demás piensen que es algo contagioso. No faltan las personas que aconsejan tratamientos alternativos como tomar agua de mar, bañarse en avena o meditar. Lo cierto es que la consulta al dermatólogo y los tratamientos adecuados en cada caso hacen que las personas con psoriasis puedan superar una condición que no tiene cura, pero sí mejoría.
En Uruguay se desconoce el número de personas con psoriasis. En diálogo con la diaria, Patricia Levrero, dermatóloga que trabaja en la Policlínica de Psoriasis del Hospital de Clínicas y en centros privados, mencionó que en nuestro existen aproximadamente unas 60.000 personas con dicha afección, aunque no está claro de dónde surgió el número. A nivel mundial, la prevalencia aproximada de esta enfermedad alcanza al 3 por ciento de la población. Recientemente se conmemoró el Día Mundial de la Psoriasis, que tiene el objetivo de concientizar acerca de la enfermedad y combatir la estigmatización de quienes la padecen.
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que provoca irritación y lesiones. Se presenta en forma de placas con descamaciones y los lugares más frecuentes son las zonas de las flexuras: codos, rodillas, región lumbar y cuero cabelludo, detalló Levrero. También, pueden aparecer lesiones en cualquier otra parte del cuerpo. Si bien puede manifestarse desde la niñez, los dos picos de incidencia más frecuentes son alrededor de los 20 y los 50 años de edad, según la especialista. La enfermedad tiene un componente genético importante: “Tenemos genes que nos predisponen a tener psoriasis. Muchas veces hay un familiar que tiene psoriasis. “Los gatillantes” de que esos genes se manifiesten pueden ser múltiples, entre ellos “algunos medicamentos, infecciones o algún proceso de estrés”.
Manifestaciones
“La convivencia con la enfermedad y los tratamientos es bien distinta” y depende de si el nivel de afectación es leve, moderado o severo, explicó Levrero, quien agregó que se estima que de 20 al 30 por ciento de las personas padecen una forma severa de la enfermedad y son quienes ven más afectada su calidad de vida. La severidad se cataloga de diferentes formas: una de ellas es la extensión si comprende más de 10% del cuerpo. Pero también, hay zonas que de por sí determinan la severidad, como cuando se manifiesta en el área genital porque genera bastante dolor y afecta mucho los vínculos y la calidad de vida. Otros lugares sensibles son las palmas de las manos y las plantas de los pies (psoriasis palmoplantar), porque “hay una afectación muy importante a diario con dolor al calzarse, caminar y manipular”.
La severidad también se da cuando a las heridas en la piel se le suman otros trastornos; uno de los más comunes es la afectación articular: el 30 por ciento de las personas con psoriasis pueden padecer psoriasis articular. Levrero detalló que en esos casos la persona puede sentir dolor al caminar, se le podrían hinchar algunos dedos “con forma de salchicha”, generalmente de manera asimétrica, “puede ser el dedo de un pie, de una mano”. Otro de los síntomas son dolores lumbares que aparecen de la nada: “Son dolores a los que a veces uno no le da mucha importancia y no aparecen después de hacer un esfuerzo sino que se manifiestan al levantarse por las mañanas con dolor lumbar, de tipo inflamatorio o de artritis, se va calmando al correr del día”. Esta es una de las razones por las que las personas no hacen la consulta, lo cual es un error porque “es fundamental agarrarlo a tiempo” ya que si se lo deja evolucionar puede llevar a la deformidad.
Hay otras enfermedades asociadas a la psoriasis, sobre todo en los casos severos. Entre ellas, Levrero mencionó la cardiopatía isquémica –enfermedad ocasionada por la arterioescleorosis que afecta a nivel cardiovascular pero también puede hacerlo a nivel encefálico–, la diabetes, la obesidad y la depresión. Muchas personas con psoriaris pueden estar deprimidas por la discriminación que han sufrido, por las limitaciones estéticas, la molestia, la picazón o el dolor que provocan las lastimaduras, “Hay determinadas moléculas que se ven aumentadas en la psoriasis y en la depresión. Bioquímicamente, la psoriasis te puede predisponer a la depresión”, señaló, aunque aclaró que en medicina “nada es 100 por ciento” y que no necesariamente quienes tienen psoriasis tienen depresión.
Tratamientos
“Es una enfermedad que no tiene cura pero se controla”, recalcó la dermatóloga. “Uno puede vivir con la psoriasis controlada tal como si no la tuviera, sólo que requiere medicación y, en realidad, no es siempre igual porque hay brotes y remisiones”. También explicó que la elección del tratamiento depende del tipo de paciente, tanto por el nivel de gravedad como por el área del cuerpo afectada. Una de las primeras opciones es la de recurrir a los tratamientos tópicos, que son cremas, medicamentos que se aplican sobre la piel. Levrero informó que se suelen aplicar en las formas leves, y detalló que en general se usan corticoides o derivados de la vitamina D3. “Una de las partes más importantes del tratamiento tópico es usar crema hidratante sin perfume y sin conservantes, por lo menos tres veces al día” De esta manera se alivia la picazón y se quita la descamación; es una manera para que el tratamiento con cortidoides sea más efectivo, porque la piel tiene menos escamas y el medicamento penetra mejor. Este procedimiento funciona para contrarrestar el afinamiento de la piel que genera ese medicamento. La médica aclaró que los tratamientos tópicos “tienen que usarse según indicaciones, porque uno puede generar un acostumbramiento”, por lo que se tienen que combinar diferentes tratamientos.
Otra opción es recurrir a la fototerapia, que es la exposición a radiación ultravioleta, B o A. Por lo general se realiza en centros de fototerapia que tienen algunas mutuales, el Hospital de Clínicas y el Hospital Militar. Dijo Levrero que “lo bueno de la fototerapia es que se trata de una radiación ultravioleta muy controlada. Por ejemplo, la fototerapia UVB es una única longitud de onda de 312 nanómetros que tiene menos efectos adversos y mejores efectos antiinflamatorios” que exponerse al sol. No obstante, aclaró que la exposición solar también puede ayudar, siempre y cuando sea con protector solar y en las horas adecuadas. Una de las limitaciones de la fototerapia es el tiempo que requiere, porque la persona debe acudir dos o tres veces por semana a los centros de tratamiento. “Sería ideal que hubiera en más puntos y que se acceda a nivel público y privado, porque no en todos los lugares públicos se puede acceder” Luego están los tratamientos sistémicos. Según palabras de la médica, los convencionales se manejan en Uruguay hace muchos años –se accede a ellos sin complicaciones a nivel público y privado–, pero expresó que “en general modulan un poco el sistema inmunológico, por lo cual pueden bajar un poco las defensas; es algo que debemos controlar”. Además, mencionó que hay varios tipos de tratamientos biológicos para la psoriasis y que algunos de ellos se usan desde hace diez años en el país.
A fines de 2018 el Fondo Nacional de Recursos comenzó a financiar tratamientos para psoriasis severa –con o sin afectación articular– con el Adalimumab, un medicamento de alto precio que inhibe el factor de necrosis tumoral conocido como TNF, una sustancia que causa inflamación. Los medicamentos anti TNF van directo hacia los tumores y no generan una baja de todo el sistema inmunológico. Algunos de esos tratamientos son subcutáneos y otros, intravenosos. Con respecto a los alternativos, Levrero dice desconocer el efecto de “todo lo que sea tópico o para ingerir”, como por ejemplo, la homeopatía. De todos modos, aclaró que “todo lo que sea alternativo en cuanto a meditación y modular el estrés, como el ejercicio físico, sirve” En cuanto al estilo de vida, expresó que es muy importante tomar agua y tener una buena alimentación. En cuanto a las personas obesas, “estas responden peor a los tratamientos”, y desaconsejó fumar y tomar alcohol, porque “la toxicidad que genera el alcohol en el organismo aumenta la psoriasis”.
No discrimine
La dermatóloga relató el caso de un niño que iba a ir con los compañeros de clase a un paseo, en ómnibus, y que los padres de sus compañeros no lo dejaron ir porque pensaron que la psoriasis era contagiosa. “Tenemos que trabajar mucho más en la educación”, apuntó Levrero. “No es una enfermedad contagiosa”, afirmó la médica, que junto a organizaciones como la Asociación Psoriasis Uruguay, conformada en 2012 por personas con psoriasis, trabaja contra la estigmatización y la discriminación que sufren quienes padecen esta enfermedad.
Escribe: Belén Riguetti en Afecciones y tratamientos
Fuente: ladiaria.com.uy