Analicemos contextos: la situación que atraviesa el país en implicancia de demanda de todo tipo en lo que conlleva la carga extra de lo habitual es donde se ve reflejada la importancia de un líder.
La palabra líder se puede ramificar en pensamientos críticos y reflexivos para poder aprender y poner en práctica, empezando por el interés de la lectura y las investigaciones científicas que darán una apertura de pensamientos y puesta en escena a los debates personales e interdisciplinarios .
No dudo –y dejo a un lado la experiencia desde la práctica– que muchas veces estos conocimientos se adquieren a través de los años, pero los últimos tiempos nos han permitido observar grandes cambios en investigaciones, descubrimientos y puestas en marcha de nuevas teorías, las cuales hacen la diferencia y se adaptan a la globalización actual.
Son tiempos de lucha, por lo que debemos tener perseverancia para lograr objetivos, palabra no considerada con la importancia que implica, lo cual no nos va a permitir tener un orden, saber dónde queremos ir y qué es lo que queremos lograr.
La clave es marchar en este camino, el cual se describe en la vida misma, donde sin darnos cuenta funciona por retroalimentación de ganas y entusiasmo por lo que queremos y el sentido de nuestra existencia, el poder de la resiliencia.
Pero en el ámbito laboral no funciona de la misma forma, ya que son de suma importancia la organización, la preparación, la sociabilización y todo lo que eso implica. Por ende, es el conjunto de muchas partes que se direccionan en una misma línea, la cual voy a definir como trabajo en equipo.
Si contextualizamos el liderazgo en tiempos de pandemia, la importancia toma con ímpetu un compromiso mayor. En todo este tiempo escuché mucho hablar de la palabra empatía, lo cual requiere de práctica diaria.
Si cito el liderazgo no puedo dejar de tener en cuenta los riesgos psicociales de cada trabajador, la situación que nos atraviesa ha generado todo este tiempo la incertidumbre del mañana; se vive un presente tan inestable que nos preocupa, por tal motivo invito a empatizar desde la prevención y el control de las condiciones intralaborales, como son la tecnología, la organización económico-social y, fundamentalmente, las personales.
Si hablamos de condiciones extras laborales me refiero al comportamiento social y familiar, el no llegar a los diferentes consumos como consecuencia del estrés y al aislamiento, con sus dificultades para relacionarse.
Considero que aquellos quienes encabezan las direcciones desde la gestión de Recursos Humanos y supervisan las tareas deben tener el poder del pensamiento para resolver situaciones, pudiendo identificar el agotamiento emocional y la respuesta al estrés crónico, haciendo énfasis en políticas de buenas prácticas en riesgos psicosociales. Potenciando el trabajo en equipo frente a una visión y una misión.
Licenciado David Sanchez / MP 18867