La Cámara de Diputados dio sanción definitiva a la Ley de Trasplante de Organos, lo que pone a la Argentina en sintonía con países avanzados en materia de ablación. Tal como ocurrió en el Senado, los miembros de la cámara baja levantaron la mano votando por unanimidad al proyecto que proponía reformas y que fue elaborado en conjunto con el INCUCAI.
La llamada “ley Justina” dispone que todos los ciudadanos mayores de 18 años sean donantes de tejidos y órganos, salvo en caso de que en vida expresen lo contrario y dejen constancia de esa decisión.
Los cambios en la letra del proyecto indican que la familia de un fallecido ya no tendrá la facultad de autorizar la donación, impone la obligatoriedad a los profesionales médicos de notificar al INCUCAI los tratamientos de diálisis que le realicen o bien, cuando le indiquen la realización de un trasplante. Además, se deberá destinar como mínimo un 20% de los recursos del Fondo Solidario de Trasplantes a la capacitación.
En el caso de los menores, habilita a los dos padres a autorizar una ablación y simplifica los pasos que requieran la intervención judicial entre otros beneficios. La ley fue impulsada por el senador de Cambiemos Juan Carlos Marino y fue bautizada en honor a Justina Lo Cane, la niña de 12 años que murió en noviembre de 2017 a la espera de un trasplante.
