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sábado, febrero 1, 2025
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Resiliencia en enfermería

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La resiliencia es uno de los tantos términos que hemos aprendido a decir, no sólo en medio de la crisis sanitaria provocada por la pandemia por SarCoV-2, sino también, en medio de crisis económicas, sociales, políticas e incluso en espacios más privados como el del desarrollo personal.

Resilir significa superar esas crisis que de tan importantes implican compromiso de la estabilidad emocional, económica, familiar y social. Se relaciona con nuestra capacidad de adaptarnos, de reinventarnos para poder continuar con nuestras vidas. Muchos profesionales se vieron en la necesidad de reinventarse y algunos lo han logrado más allá de las instituciones de salud.

El profesional de enfermería en todos sus niveles de formación no solo trabaja dentro de una institución de salud, y no lo hace únicamente bajo relación de dependencia; también desarrolla su actividad en espacios muy variados como ser empresas multinacionales e industrias, la docencia, la investigación, la atención domiciliaria, como consultores o asesores.

Aún frente a todas estas posibilidades, debió reinventarse porque en la atención profesional diaria ha visto incrementado sus esfuerzos por sostener la atención de la población como por ejemplo, la vacunación de las personas contra el Covid-19 sin descuidar las otras necesidades. Sumado a esto el incremento de las personas que requieren cuidados de salud mental y no solamente en adultos sino en niños, niñas y adolescentes, en medio de un con aumento exponencial de las desigualdades sociales.

Las enfermeras hicieron un gran esfuerzo por adaptarse a las nuevas tecnologías que asisten en los cuidados de salud; software, aplicaciones, equipamiento médico moderno, nuevas formas de atención como la teleasistencia en salud y el seguimiento de personas por estas vías de comunicación: La lista de innovaciones sigue y promete ampliarse.

La enfermería es una disciplina científica que cada vez se va tecnificando más y más, a la vez que se amplían sus horizontes por medio de la especialización entre las que se destacan los cuidados críticos, emergencias, atención del adulto y el niño críticamente enfermo, o la especialización en gestión de servicios de salud, atención primaria, incrementando sus habilidades en el área docente y la investigación. El impacto real de estas innovaciones aun se desconoce ya que no hay estudios que lo midan y existe déficit de publicación de estudios semejantes.

Existe un déficit de publicaciones de estudios realizados, incluso los que abordan estos aspectos tan críticos. Además, se padece la carencia del reconocimiento profesional que trae como consecuencia un alto impacto en la autoestima de todo el colectivo disciplinar en todo el mundo. No son noticia los magros salarios, la migración de profesionales en busca de mejores oportunidades laborales, el abandono de la profesión en procura de otros espacios profesionales con mayor y mejor reconocimiento social, salarial y académico.

La pandemia por el coronavirus puso de manifiesto lo esencial que resulta el cuerpo de profesionales de enfermería en todo el mundo. Dejo al descubierto que sin la enfermería no hay salud, no hay equidad ni justicia social. Son las enfermeras y los enfermeros quienes velan porque todos accedan a los servicios de salud, son ellas y ellos quienes atienden a las necesidades de las personas de acuerdo a los reales requerimientos y esto se debe a que son los que conocen día a día la realidad de las personas, grupos y comunidades a las que asisten.

Todo esto debiera servir como disparador para el diseño urgente de medidas correctoras necesarias en torno a la capacitación y el entrenamiento, y también en la incorporación y retención de estos profesionales en el sistema sanitario, con programas que les permitan el desarrollo horizontal disciplinar. ¿De qué manera? Reconociendo habilidades como las de gestionar cuidados humanizados y seguros, llevar adelante campañas para mejorar la salud y calidad de vida de las personas, familias y comunidades.

Hay que agregar que otro disparador debería provenir de la creatividad en los líderes formales de la disciplina que están al frente de organizaciones, los que representan a los países e incluso regiones enteras. No alcanza con una declaración de posición; se requieren acciones concretas para resolver de modo urgente los problemas que atraviesan la disciplina y la salud a nivel global.

Problemas globales como las migraciones, guerras civiles, el cambio climático, las profundas modificaciones en nuestro modo de vivir para relacionarnos en la gran aldea, o la salud mental. Todo lo enunciado apresura el pedido de normas que apoyen al personal de enfermería de todo el mundo, en particular de los países en vía de desarrollo que trabajen con comunidades con derechos vulnerados.

Se requieren respuestas creativas no solo desde los ministerios y gobiernos, sino del propio colectivo, de sus actores, del sistema educativo y formador, de economistas, gremios, intelectuales, de la sociedad toda. De esta manera ir en busca de transformaciones reales en la asistencia de salud a las personas antes de que la situación sobrepase la capacidad de resiliencia de su capital humano.

Lic. David Castillo
Enfermero Docente. Coach en Educación. Socio fundador y presidente de la Asociación Civil LiderEs Enfermeros.
MN 54802

 

Prof. Lic. Carla Alcaraz Morros
Lic. en Enfermería UNLP. Profesora en enfermería USAL. Enfermera pediátrica.
MN 68436

Foto: Unsplash

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