Todos conocemos la razón por la que las familias se juntan durante la Nochebuena y la Navidad. Pero la pregunta que se hacen muchos es por qué el Año Nuevo se festeja una semana después de las festividades cristianas.
Fue el papa Gregorio XIII quien dispuso en 1582 el cambio de calendario para todos los países que profesaran el culto católico y en esa modificación instituyó al 1° de enero como fecha de comienzo de un nuevo año.
La decisión fue arbitraria, ya que no constituye una coincidencia que tenga que ver con el plano astronómico o planetario aunque es cierto que por esa fecha, el planeta Tierra se encuentra más cercano al Sol que en otra épocas del año.
El calendario gregoriano (su nombre proviene precisamente, de aquel Papa) modificó el instituido poco antes del inicio de la Era Cristiana por el emperador romano Julio César.